Niño chiquito,
¿dónde está tu madre?
Recogiendo aceituna
entre los olivares.
Había peces coloraos, un caballo con ruedas, una manta con zambombas, una caja con pestiños, un abrigo verde. Y yo de su mano.
Niño chiquito,
¿dónde está tu madre?
Recogiendo aceituna
entre los olivares.
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el buque negro: 2005
Niño chiquito, ¿dónde está tu madre? Recogiendo aceituna entre los olivares. Había peces coloraos , un caballo con ruedas, una manta con zam...
Lidia guarda inviernos en burbujas. Cada año una bola de cristal, alguna más si convence a alguien. Vamos, si quiere.
Yo rompí la mía, en el patio de esa casa. Diciembre se fue por la tragona. Se perdió. Ahora pinto el frío con trampa, repasando las líneas de otro en la ventana.
Debe hacer 20 años.
Me entretenía copiando dibujos en el cristal, en la habitación del balcón. Luego los coloreaba. Había una máquina de coser, una radio y cosas que no ves porque piensas volver mañana a mirarlas.
Todavía no he vuelto.
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el buque negro: 2005
Lidia guarda inviernos en burbujas. Cada año una bola de cristal, alguna más si convence a alguien. Vamos, si quiere. Yo rompí la mía, en e...
De un comentario, de una barra, en un bar.
Personalmente, si invadiesen España, saldría corriendo, porque no soy nada moral ni patriota, pero estoy seguro de que precisamente usted sería uno de los que me llamaría desertor y cobarde, en lugar de alabar mi pacífica conducta.Si al correr no cayesen nuestros tesoros del bolsillo. Un amor, una llave, un botón. Si al correr no quedasen huellas. Correr, huir, esa conducta nada moral ni patriota. Si sólo la patria se perdiera, si no fuese otra patria el fin de la carrera. Correr, si sólo la valentía dejásemos atras. Escapar. Correr. Como si correr salvase.
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el buque negro: 2005
De un comentario, de una barra, en un bar . Personalmente, si invadiesen España, saldría corriendo, porque no soy nada moral ni patriota, pe...
A Goytisolo le muerde la metáfora: La dictature franquiste est tombée en raison de son archaïsme. Vamos, que murió de vieja. Que ganó.
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el buque negro: 2005
A Goytisolo le muerde la metáfora: La dictature franquiste est tombée en raison de son archaïsme . Vamos, que murió de vieja. Que ganó.
Yo intento no juzgar a mis personajes. Creo que es fatal escribir desde esa perspectiva. La historia la intento contar desde la normalidad más absoluta, sin ninguna lección de moralidad.
Le basta con juzgar al público. León de Aranoa. Como si la moral sólo se escondiera en las sotanas. Como si al otro lado de la normalidad más absoluta no quedásemos los inmorales sin aleccionar.
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el buque negro: 2005
Yo intento no juzgar a mis personajes. Creo que es fatal escribir desde esa perspectiva. La historia la intento contar desde la normalidad m...
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el buque negro: 2005
de una sola tacada . Acaso lo inmoral sea la puntería.
Como un flotador con cabeza de pato, cua, cua, al que se agarra el muerto para seguir a flote. En palabras de Fàbregas, si el franquisme encara sobreviu no és per culpa de la transició sinó per la pervivència de l'antifranquisme.
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el buque negro: 2005
Como un flotador con cabeza de pato, cua , cua , al que se agarra el muerto para seguir a flote. En palabras de Fàbregas, si el franquisme e...
Mirando las nubes.
- Majestad, ¿os preocupa algo?
Silencio.
Al rato, sin volver la mirada fija en el cielo.
- Aza, ¿tú crees que las cigüeñas son republicanas?
- Claro, Majestad. Como nosotros.
- Majestad, ¿os preocupa algo?
Silencio.
Al rato, sin volver la mirada fija en el cielo.
- Aza, ¿tú crees que las cigüeñas son republicanas?
- Claro, Majestad. Como nosotros.
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el buque negro: 2005
Mirando las nubes. - Majestad, ¿os preocupa algo? Silencio. Al rato, sin volver la mirada fija en el cielo. - Aza, ¿tú crees que las cigüeña...
Ya todo aquello pasó
todo quedó en el olvido
nuestros amores de entonces
en el aire se han perdido.
todo quedó en el olvido
nuestros amores de entonces
en el aire se han perdido.
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el buque negro: 2005
Ya todo aquello pasó todo quedó en el olvido nuestros amores de entonces en el aire se han perdido .
Yo también escuché su voz. Fue en la piedra de un molino machacando aceitunas, en el susurro de las hojas de los olivos, en la luna llena de Jabalcuz, en el aceite de un hoyo, en el azúcar de un ochío, en la madera de un fuerte en la Cañada de las Hazadillas. Fue una madrugada de Jueves Santo, un día de romería, una semana de feria, un año de sol, una vida de cielo azul. A mí también me habló. Me señaló, me llamó, me eligió. Yo también me acerqué a la orilla del Guadalquivir. Me asomé. Y me vi. Solo. No había un pueblo detrás. Solo mi cara reflejada en la Cañada de las Fuentes. Y entonces se fue.
Desde entonces no lo he vuelto a escuchar. Y cada día vuelvo a la orilla a mirarme en el agua. Sí, tal vez sea eso el liberalismo, tan sólo un río sin rostro en el que curamos nuestras cicatrices los que tenemos el gesto herido. El espejo en el que maquillamos nuestros lunares. Tal vez José Carlos, Manel, seamos nosotros el rostro humano del liberalismo. Liberales con rostro. Vendedores de espejos.
Desde entonces no lo he vuelto a escuchar. Y cada día vuelvo a la orilla a mirarme en el agua. Sí, tal vez sea eso el liberalismo, tan sólo un río sin rostro en el que curamos nuestras cicatrices los que tenemos el gesto herido. El espejo en el que maquillamos nuestros lunares. Tal vez José Carlos, Manel, seamos nosotros el rostro humano del liberalismo. Liberales con rostro. Vendedores de espejos.
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el buque negro: 2005
Yo también escuché su voz. Fue en la piedra de un molino machacando aceitunas, en el susurro de las hojas de los olivos, en la luna llena d...
Sería en el ojo de una vaca, en las espinas de un besugo, en los anillos de un tronco cortado, en la mano ardiente del sogatira, en las entrañas de un ternero, en las redes olvidadas de los náufragos del Cantábrico, en el hierro que Jaungoikoa sembró a sus pies. Debió ser en la tumba de Lelo, en el fantasma de Uchín Tamayo, en las brasas del hogar de Túbal, en la sangre derramada en Beotibar, en los engaños de Maitagarri, en el sueño de Luzaide, en el corazón de Amaya, en las piedras rojas de Arrigorriaga. Fue allí donde escuchó la voz del Padre y comprendió su misión. El caudillo, el elegido, el llamado, el esperado, el Mesías.
Desde entonces acude cada día a la orilla alavesa del Ebro, esperando el momento de alzar su cayado y abrir en dos las aguas del río, para que mueran ahogados los impuros.
Desde entonces acude cada día a la orilla alavesa del Ebro, esperando el momento de alzar su cayado y abrir en dos las aguas del río, para que mueran ahogados los impuros.
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Sería en el ojo de una vaca, en las espinas de un besugo, en los anillos de un tronco cortado, en la mano ardiente del sogatira, en las entr...
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